La ballena es un símbolo del poder colosal de la naturaleza, también es un símbolo antiguo del renacimiento (la personificación del arca y el útero). Es la ballena, el “gran pez” que, según la leyenda bíblica, se tragó a Jonás y lo sacó después de tres días y tres noches (analogía con el tiempo que Cristo pasó en la tumba). Los tres días y tres noches del cautiverio de Jonás en el vientre de una ballena también sugieren el simbolismo del tiempo de la "luna oscura", cuando no es visible en el cielo, tras lo cual reaparece en forma de luna joven.
Algunos estudiosos ven esta historia como una alegoría del cautiverio babilónico y la liberación de los judíos, basada en los mitos sumerio-semíticos de Tiamat, la diosa del caos. Es más probable que el vientre de la ballena represente la misteriosa oscuridad de la iniciación, un nuevo nacimiento a otra vida.
En los textos islámicos, la ballena está asociada con el simbolismo del arca, en África y Polinesia, con la idea de iniciación. En el sudeste asiático, existen mitos sobre héroes de culto liberados por una ballena. La ballena es relacionada a menudo con Leviatán. Un monstruo marino de tamaño aterrador, un pez enorme, un monstruo primitivo del océano y el caos, la fuerza elemental de las profundidades de agua (el hipopótamo representa las fuerzas elementales de la tierra).
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Las ideas medievales sobre la boca de una ballena como puerta de entrada al infierno se basan en la ignorancia, que pintaba a la ballena como un terrible monstruo de los mares y océanos. La enorme ballena de la famosa novela de G. Melville "Moby Dick" aparece ahora en la imagen del diablo, ahora en la imagen de Dios, ahora en ambas hipóstasis, y en general se puede interpretar desde el punto de vista del psicoanálisis como un símbolo de la sexualidad reprimida. La ballena también puede ser un símbolo de sensibilidad e intuición.
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