En la antigua Grecia y Roma los murciélagos simbolizaban la vigilancia y el discernimiento, pues se les atribuía erróneamente una visión aguda. Las almas muertas narradas por el poeta Homero tenían alas de murciélago.
En las tradiciones judías y cristianas, estos animales están asociados con la idolatría y con el reino de lo macabro y lo sobrenatural. En Europa, se clavaban murciélagos a las puertas para ahuyentar a los demonios. Además, se han representado en pinturas y esculturas de criaturas asociadas con la noche, como brujas y vampiros, lo que añade una atmósfera de miedo e intriga. El murciélago también puede representar la locura, como, por ejemplo, en el grabado de Goya «El sueño de la razón produce monstruos».
En contraste a su asociación con la oscuridad en Occidente, los murciélagos tienen un significado simbólico diferente. Asi, en China y Japón, los murciélagos se consideran criaturas auspiciosas que representan la buena fortuna, la felicidad y la longevidad. La palabra china para murciélago «fu» es homónima a la palabra «suerte» por lo que es un motivo popular en las pinturas, cerámicas y textiles tradicionales chinos. Los murciélagos suelen aparecer volando en grupo, transmitiendo la idea de prosperidad y armonía social. Cinco murciélagos representan cinco bendiciones: salud, prosperidad, larga vida, amor casto y muerte natural. Del mismo modo, en Japón, los murciélagos aparecen junto a otros símbolos de la buena suerte, como la grulla y el pino, en escenas festivas. Estas representaciones reflejan el significado cultural y las asociaciones positivas que tienen los murciélagos en Oriente.
En la mitología centroamericana y brasileña, el murciélago es una poderosa deidad del inframundo, a veces representado con los dientes al descubierto, devorando la luz o incluso al sol mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario