miércoles, 20 de enero de 2021

Seth, dios egipcio



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Seth es una de las más antiguas deidades egipcias. En el mito es el dios de la confusión, el desorden y la perturbación, lo que se acentúa en la escritura jeroglífica en la que se relaciona a Seth con los conceptos negativos de: autoritarismo, furia, crueldad, crisis, tumulto, desastre, sufrimiento, enfermedad, tormenta. Se lo representa, con un hocico cónico y orejas erguidas, pero truncadas, es una composición híbrida nacida de la imaginación de los egipcios. Esta iconografía se inspira quizás en el oso hormiguero de la sabana africana, que inspira al jeroglífico que designa al animal de Seth.

Maestro del trueno y del rayo, Seth, ejerce su poder en los márgenes de Egipto, que son las regiones desérticas, las zonas áridas y los países extraños a la llanura del Nilo. Seth es un dios complejo, es el eterno rival de Horus. Con una naturaleza brutal que se manifiesta más notablemente en su agresivo comportamiento, tanto con Horus como con las bellas diosas a las que persigue con asiduo esfuerzo. El antagonismo de los dos dioses ilustra la naturaleza dual del Faraón que une en su persona estas dos fuerzas opuestas pero complementarias. Si Horus es el dios del orden faraónico, el poder irracional de Seth participa en el simbolismo real como una imagen de la fuerza violenta y desatada que el rey despliega contra sus enemigos. De los textos de las pirámides se desprende que durante una pelea, Seth le arranca un ojo a su oponente, quien a su vez lo hiere en los testículos.

Su poder desordenado, sin embargo, contribuye al equilibrio cósmico. Según la visión egipcia, las fuerzas destructivas están en perpetua lucha contra las fuerzas positivas. En esto, Seth se opone a su hermano Osiris, símbolo de la tierra fértil y nutritiva. Protector de Ra, Seth lucha contra la serpiente Apofis y así participa en el buen funcionamiento del mundo. Aunque perturbador y vinculado a fuerzas ciegamente destructivas, Seth es, sin embargo, más un bribón perturbador que un demonio malvado, al menos en los mitos antiguos.

No fue hasta el Tercer periodo intermedio de Egipto que la imagen de Seth se vio permanentemente empañada, tal vez como reacción a las sucesivas tomas del reino de Egipto por parte de varios pueblos extranjeros. Seth, asociado con potencias extranjeras, se convirtió en el agente malvado de la pérdida del país. Los mitos sobre Seth lo describen como ambicioso, maquinador, manipulador, centrándose en el asesinato de su hermano Osiris. Poco a poco se le confunde con Apofis, la serpiente del caos, a pesar de la antigua tradición según la cual luchó contra ella en nombre de Ra. El mundo griego lo identificó con Tifón, el monstruo primordial del caos y una entidad maligna comparable. Es el prototipo de la iconografía posterior del Diablo cristiano. 





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