El ave fénix es el más famoso de todos los símbolos de la resurrección, el ave legendaria, que renace una y otra vez del fuego y las cenizas. La leyenda del fénix surgió en Heliópolis, el antiguo centro egipcio de adoradores del Sol, donde se hicieron sacrificios al dios Bennu, quien fue representado con la cabeza de una garza. Basado en estos ritos de fuego y en las descripciones de magníficas aves exóticas (como el faisán dorado), los escritores griegos presentaron leyendas que difieren en detalles, pero que son esencialmente las mismas. Según estas leyendas, el ave fénix (una palabra que coincide con el nombre griego de la palmera, el árbol del Sol) es un ave maravillosa que tiene una vida sorprendentemente larga, quinientos o más años. Al final de su vida, el ave fénix construye un nido de hierbas aromáticas, y se prende fuego para renacer en tres días, después de lo cual lleva el nido y las cenizas de su encarnación anterior al altar del templo del Sol en Heliópolis.
Originalmente considerado un símbolo de la naturaleza cíclica del amanecer y el atardecer, el fénix pronto se convirtió en el emblema del renacimiento del espíritu humano en la eterna lucha con las dificultades del mundo material. Como los artistas no podían saber cómo era el fénix, a menudo se representaba en forma de aves, que se consideraban símbolos del Sol (o alma), en la antigua Roma, por ejemplo, en forma de un águila que volaba desde la pira funeraria de un emperador fallecido.
En las monedas romanas, el ave fénix es un símbolo del imperio eterno. Este pájaro también se encuentra en las primeras lápidas cristianas, como símbolo del renacimiento de Cristo y la esperanza de la victoria sobre la muerte. En la pintura medieval, personificaba la naturaleza divina de Jesucristo, si se la representaba junto al pelícano (un símbolo de su naturaleza humana). El fénix también se puede encontrar como un atributo de imágenes alegóricas de la Misericordia. El ave fénix es un elemento común en alegorías alquímicas, donde simboliza el fuego purificador y transformador, el elemento químico azufre y rojo. Las leyendas judías atribuyen la longevidad de esta ave al hecho de que se negó a probar la fruta prohibida en el Jardín del Edén.
Entre las aves, el fénix es la más maravillosa. Cuando Eva les dio a todos los animales algo del fruto del árbol del conocimiento, el fénix fue el único que se negó a comerlo y fue recompensado con la vida eterna. Cuando ha vivido mil años, su cuerpo se encoge y las plumas caen de él, hasta que es tan pequeño como un huevo. Este es el núcleo de la nueva ave. Su alimento consiste en el maná del cielo y el rocío de la tierra. Su excremento es un gusano, cuyo excremento a su vez es la canela utilizada por reyes y príncipes. Las leyendas de los judíos Volumen 1 por Louis Ginzberg
A veces hacen analogías entre el fénix y otras aves fantásticas. Estos incluyen el pájaro persa Simurg, el fenghuang chino (símbolo de interdependencia matrimonial) y el pájaro centroamericano Quetzal. Sin embargo, solo Simurg comparte en cierta medida el simbolismo del ave fénix, y esto sugiere que los dos mitos se enriquecen mutuamente. También hay alguna conexión con las leyendas árabes de la salamandra de fuego.
El mítico fénix está profundamente arraigado en las culturas china y japonesa y se emplea como emblema del emperador y la emperatriz. El fénix se representa a menudo junto con el dragón para simbolizar un matrimonio perfecto. El símbolo del fénix es la de un ave benévola, ya que no daña a los insectos y representa los valores confucianos de lealtad, honestidad, decencia y justicia. En el budismo, el fénix se considera sagrado, por el hecho de que únicamente aparece en tiempos de paz y prosperidad y se esconde cuando hay problemas. Como el ciervo, el fénix simboliza la paz y la tranquilidad. La criatura mítica también se erige como símbolo de la "iluminación", que permite que el ego resurja de las cenizas de la muerte.
Una representación común del fénix es que ataca a las serpientes con sus garras y alas extendidas. Tiene pico de pájaro, mandíbula de golondrina y cuello de serpiente. Se cree que la mitad frontal del cuerpo se asemeja a una jirafa y la mitad posterior a un ciervo. Su lomo se parece a una tortuga y su cola es como un pez. El fénix es también una de las cuatro criaturas espirituales de la mitología china que protegen las cuatro direcciones y estaciones: dragones, tigres, unicornios y fénix.
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