El yinyang, yin-yang o en japonés in-yō, es, en el pensamiento oriental, el concepto de las dos fuerzas complementarias que componen todos los aspectos y fenómenos de la vida. Yin es un símbolo de la tierra, la feminidad, la oscuridad, la pasividad y la absorción. Está presente en números pares, en valles y arroyos, y está representado por el tigre, el color naranja y una línea discontinua. Yang se concibe como el cielo, la masculinidad, la luz, la actividad y la penetración. Está presente en números impares, en montañas, y está representado por el dragón, el color azul y una línea ininterrumpida. Se dice que ambos proceden del Gran Último (taiji), su interacción entre sí (a medida que uno aumenta, el otro disminuye) es una descripción del proceso real del universo y todo lo que hay en él. En armonía, los dos se representan como las mitades claras y oscuras de un círculo, divididas por una línea ondulada. Dos puntos se encuentran ubicados simétricamente dentro del círculo, uno claro sobre un fondo oscuro y otro oscuro sobre fondo claro. Estos puntos son representativos de la idea de que cada fuerza contiene una "semilla" de su fuerza opuesta, es decir, indican que cada una de las dos grandes fuerzas del Universo lleva dentro un germen del origen opuesto. Los campos oscuros y claros, que denotan yin y yang, respectivamente, son simétricos, pero esta simetría no es estática. Implica un movimiento constante en círculo. Yin está representado por el segmento negro y el pequeño punto blanco, mientras que Yang está representado por el segmento blanco y el pequeño punto negro.
