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domingo, 2 de diciembre de 2018

La diosa Hebe o Juventas

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Hebe fue el símbolo de la eterna juventud en su aspecto más atractivo y alegre. Ella era la hija de Zeus y Hera, y aunque con tan distinguido rango, era representada como la copera de los dioses; una ejemplificación forzosa de la antigua costumbre patriarcal, de acuerdo con la cual las hijas de la casa, incluso cuando eran del linaje más alto, ayudaban personalmente a servir a los huéspedes.

Hebe está personificada como una doncella bonita, modesta, pequeña, de un contorno bellamente redondeado, con trenzas de color marrón oscuro y ojos brillantes. A menudo se la presenta derramando néctar de un vaso levantado, o llevando en su mano un plato poco profundo, que se supone contiene ambrosía, el alimento que siempre renovó la juventud a los inmortales.

Como consecuencia de un acto de incomodidad, que hizo que ella se resbalara mientras servía a los dioses. Hebe fue privada de su cargo, que en adelante fue delegada a Ganimedes, hijo de Tros. Hebe se convirtió luego en la esposa de Heracles, cuando, después de su apoteosis, fue recibido entre los inmortales.



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Diosa Juventas


Juventas era la divinidad romana identificada con Hebe, cuyos atributos, sin embargo, eran considerados por los romanos como más particularmente aplicables al vigor imperecedero y la gloria inmortal del Estado Romano. En Roma, varios templos fueron erigidos en honor de esta diosa.

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