El cuerno en general simboliza la hombría, fuerza física y fertilidad (debido a la forma fálica). En un contexto negativo, los cuernos son un símbolo de la infidelidad. Como símbolo de buen augurio, el cuerno, es uno de los muchos signos y objetos a los que se les atribuye la virtud de alejar el mal y propiciar el bien, por ejemplo en el caso de la mano cornuta (gesto de hacer cuernos con los dedos índice y meñique de la mano levantados) que se hace supersticiosamente en el deseo de evitar la mala suerte o los problemas. Como objeto lo encontramos en el amuleto llamado cornicello utilizado para ahuyentar el mal de ojo, para conseguir suerte en el juego o éxito en los negocios.
El cornicello, también llamado, cuerno de la suerte, cuerno napolitano o cornetto rosso, es un amuleto tradicional de Italia. Suele estar manufacturado en diferentes materiales como oro, plata, coral o plástico (dependiendo del precio que se quiera pagar). Sus dimensiones son variables, sin embargo, suelen ser semejantes en apariencia y tamaño de las de un pimiento picante o chile. Y muy a menudo, el cornicello tiene una pequeña corona en su parte superior.
Su origen varía, según algunos historiadores, el amuleto representa a una antigua diosa de la luna. Es por eso que, inicialmente, el cornicello tenía la forma de la luna creciente. Luego, con el tiempo, la forma del amuleto se asoció con un cuerno de toro y, si se usaba como amuleto, se creía que protegía al portador del mal y el peligro. En otra teoría se relaciona al igual que la cornucopia con el mito de la cabra Amaltea y Zeus. Según esta leyenda, Amaltea le dio de beber su leche al recién nacido Zeus, quien al convertirse en el rey de los dioses y como un signo de acción de gracias, otorgó un poder especial a los cuernos de Amaltea: quien los poseía podía obtener lo que quisiera, de ahí la leyenda del cuerno de la abundancia también llamado cuerno de Amaltea.
En otro supuesto se sostiene que el cornicello representaría el falo de Príapo (dios de la prosperidad), considerado por los griegos, un protector contra la mala suerte. De estas historias vislumbramos el efecto apotropaico que se le adjudica al cornicello.
Se supone deben cumplirse ciertas reglas para que el cornicello otorgue su suerte:
- El cuerno debe ser donado, uno no puede comprarlo (claramente la fuerza protectora debe ser donada y no comprada).
- Debe ser rojo. El color del cuerno napolitano es rojo, porque simboliza la sangre y, por lo tanto, debe poseer, el color de la vida misma. La leyenda nos dice que si pierde un poco de su color rojo ha funcionado contra el mal de ojo y ha luchado contra las influencias negativas.
- Debe estar hecho de coral, de ahí el color rojo brillante. El coral es además famoso por proteger contra el mal de ojo y para salvaguardar a las mujeres embarazadas.
- Debe estar hecho a mano porque será el mismo "artista" que infundirá vibraciones positivas en el objeto hecho.
- No solo eso: también debe ser hueco, porque así puede llenarse de sal en su interior, para enfrentar al mal de ojo. Para los napolitanos, sin embargo, el cuerno napolitano debe ser "duro, sin nada en el interior y puntiagudo".
En la actualidad el cuerno es muy popular entre los jugadores o apostadores, quienes suelen recitar esta singular oración:
San Gennaro, san Girolamo, san Crispino, san Giustino usa il mio cornetto, dagli fuoco, dagli vento. San Gennaro, san Girolamo, usa il mio cornetto. San Crispino, san Giustino, fammi vincere il quattrino. Sant’Eufemia, sant’Assunta, non tremate nell’aggiunta. Nel borsello il mio quattrino, il cornetto al santino.
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