El símbolo de una serpiente crucificada es un antiguo símbolo alquímico que deriva de la historia bíblica de Moisés, quien erigió una serpiente de bronce como una cura contra el veneno de las serpientes. La serpiente de bronce era conocida con el nombre de Nejustán (en hebreo: נחושתן o נחש הנחושת). Este símbolo, Nejustán, era similar a la antigua vara griega de Asclepio (confundida con el caduceo) y es frecuentemente citada como una instancia del mismo arquetipo.
"5.Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable.» 6. Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel. 7. El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,» Moisés intercedió por el pueblo. 8.Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.» 9. Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y este miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida." Números, 21.
Con los años, sin embargo, la serpiente de bronce se convierte en un ídolo y ni los sacerdotes, los reyes ni los profetas logran erradicar su culto. Solo el rey Ezequías de Judá (716 a. C. - 687 a. C.), con gran coraje, destruye a todos los ídolos y también a Nejustán, la serpiente de Moisés.
4. Él fue quien retiró los santuarios, derribó las estelas y cortó los cipos sagrados. Hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, pues hasta entonces los israelitas habían quemado incienso en su honor; la llamaban Nejustán. 2 Reyes 18: 4
"Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, Juan 3.
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