Los peces dorados son una parte integral del budismo, están personificados generalmente por dos peces carpa que se encuentran. Los peces dorados simbolizan para el budismo, la felicidad y la espontaneidad, ya que tienen total libertad de movimiento en el agua. La fertilidad y la abundancia, puesto que se multiplican muy rápidamente. También significan la libertad de las restricciones de casta y estatus, pues se mezclan y tocan fácilmente. En un sentido más espiritual, es el símbolo de la superación del océano del Samsara -el interminable ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación- hasta alcanzar el Nirvana -liberación tanto del sufrimiento como del ciclo de renacimientos-. A su vez, los peces dorados formaban parte de lo que se conocía como los ocho símbolos propicios. Se decía en sentido figurado que los ojos de Buda eran comparables con dos peces de colores.
De acuerdo a una de las leyendas: cuando Buda alcanzó el Perfecto Despertar o Nirvana, este se presentó con los ocho símbolos auspiciosos: los peces dorados, un cuenco, un vaso precioso, un loto, la rueda, la bandera de la victoria, el nudo sin fin y un paraguas. El símbolo de los peces se volvió tan popular en el Tíbet y en los países donde el budismo se extendió, que se les otorgó el color dorado que simboliza los méritos adquiridos en el curso de la práctica espiritual y la victoria sobre los deseos mundanos: los peces no tienen miedo del océano y nadan hacia donde quieren. También caracterizaban originalmente a los dos principales ríos de la India: el Ganges y el Yamuna. Simbólicamente, estos dos grandes ríos eran los canales lunar y solar que se originan en las fosas nasales y llevan los ritmos alternantes de aliento o "prana". Especialmente populares en China y los países asiáticos, donde suelen colocarse acuarios poblados de peces de colores, se cree que contribuyen a la prosperidad y la felicidad de la familia, protección contra accidentes. Para los chinos es un signo que atrae la riqueza -en especial los peces de colores- y una feliz unión.
En China, hay muchas leyendas sobre el origen de los peces dorados. En una de ellas surgen de las lágrimas que caen al suelo y las profundidades del océano de una hermosa niña que habita en el palacio celestial. Durante la dinastía Song (960-1279) era una costumbre que se entreguen peces a los templos budistas. Esto marcó el inicio de su cría en cautividad. Durante muchos siglos, los chinos capturaron increíbles y hermosos peces, no encontrados previamente en la naturaleza. El número total de peces en el acuario también es simbólico, lo mejor es que sean ocho o nueve (ocho dorados y uno negro). Es importante volver a recalcar que para los chinos los peces en general simbolizan un deseo de abundancia y riqueza, este es uno de los homófonos más conocidos como 余 yú, que significa "excedente", por lo que, un niño con un pez, simboliza un deseo de niños adicionales. Un pez de colores 金鱼 yú jin es un símbolo estándar para "una gran cantidad de oro". Los chinos han mantenido durante mucho tiempo a los peces como mascotas en estanques y cuencos. El pez dorado en Japón es un símbolo de delicadeza y fragilidad.
efectivamente, evidentemente, sin duda, Simón, si, afirmativo
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