En la mitología japonesa existen siete dioses que atraen la buena fortuna, estas siete deidades son conocidas como los Shichi Fukujin y son: Bishamonten, Ebisu, Daikokuten, Benzaiten, Fukurukuju, Hotei y Jurojin. Cada uno de ellos con diferentes atributos, pero sin duda alguna, con las personalidades más benevolentes y alegres del panteón sintoísta.
Bishamonten o Bishamon
Bishamonten es una de las deidades más populares del Japón, casi siempre se lo ve retratado con una armadura de guerrero samurái y mirada feroz, de pie sobre uno o más demonios que simbolizan la derrota del mal. En una de sus manos tiene un arma (a menudo un tridente) para luchar contra las malas influencias y reprimir a los enemigos, mientras que en la otra sostiene una pagoda del tesoro, que representa la pureza sagrada de la doctrina budista, es su atributo de identificación principal. Bishamonten es el dios de los guerreros o mejor dicho el dios de la suerte en la guerra (no de la guerra en sí) debido a esto no debe ser confundido con Hachiman quien es el dios de la guerra. Pero no solamente está involucrado en las batallas, sino que entre sus tantas virtudes está la de ser el dios de las riquezas junto a Daikokuten teniendo la capacidad de otorgarlas a quienes se las merezcan. Es el patrón, entre otros, de los artistas marciales, de los sacerdotes, misioneros (ya que defiende la fe) y de los médicos. Al ser uno de los dioses de la felicidad solo lucha en defensa del bien. Su lema es “la lealtad, el deber, el honor” convirtiéndose así en el protector de los
guerreros y de aquellas personas que profesan estas virtudes; ayudándolas a
encontrar una extraordinaria fortaleza de espíritu y coraje. Bishamonten llegó a Japón desde el hinduismo y está asociado
al dios hindú Kubera y es uno de los cuatro reyes que protegen los puntos cardinales,
correspondiéndole el norte. Al igual que cada uno de los integrantes de la
Shichi Fukujin, Bishamonten simboliza una virtud, siendo la virtud que él
representa es la dignidad.
Ebisu
El dios Ebisu es un símbolo del bienestar material y de la
prosperidad en el hogar, según la leyenda es el hijo de los dioses Izanagi e
Izanami que nació sin huesos (en otras versiones sin brazos ni piernas) debido
a una negligencia en los rituales de boda de sus padres teniendo al nacer semejanza a los renacuajos,
al ver sus padres la condición en la que
se encontraba, le dieron el nombre de Hiruko (que es renacuajo en japonés). Hiruko después de un
tiempo y a pesar de las limitaciones parte a un largo viaje en el que
se embarca y atraviesa el mar y sus peligros llegando finalmente a las costas de Hokkaido,
donde fue recogido por Ainu. El resultado de haber superado las dificultades de la travesía fue que durante esta le iban creciendo los
huesos y las partes del cuerpo que aún le faltaban. Así pasa de llamarse Hiruko
a llamarse Ebisu. Es representado generalmente como un hombre obeso, con una
caña de pescar en la mano derecha y
sosteniendo un besugo o gran pez en la mano izquierda, ligeramente sordo, pero
siempre amable y con una gran sonrisa, es conocido también como el dios
sonriente, suele estar vestido con los atuendos tradicionales japoneses del periodo Heian. Debido a la sordera de Ebisu, este es el único dios o kami
que sigue recibiendo ofrendas en el mes conocido en Japón como “mes sin
dioses” (octubre), ya que se considera que en este mes los ocho
millones de kami se reúnen en el templo de Izumo Taisha, estando imposibilitado Ebisu a ir, al no escuchar las
invitaciones. Al principio era considerado el dios de la pesca, aunque más
tarde fue adorado por los comerciantes como el dios del comercio, es el
protector de la felicidad familiar y
guardián de la salud de los niños pequeños y patrón de los artesanos. Hay que considerar que Ebisu solo da felicidad y buena
fortuna a los hombres de negocios honestos y decentes. Se dice también que hace que la esposa se mantenga
siempre bella y deseable para el marido. Se lo considera junto
a Daikoku como el mecenas de las pequeñas tiendas, en algunas versiones del
mito se establece que estos dos dioses son; padre e hijo o maestro y
aprendiz. Ebisu, Daikoku y Fukurokuju, también son conocidos como los "tres dioses de éxito."
Daikokuten
Daikokuten, es el dios de la riqueza, de la abundancia, de
la agricultura. Se lo representa, siempre alegre, sentado, encima de dos fardos
o sacos de arroz, y con una bolsa de dinero o tesoros en el hombro,
sosteniendo un martillo mágico llamado Uchide no kozuchi (打ち出の小槌) con la mano derecha, y en sus cercanías un
ratón merodeando. Suele estar acompañado de Ebisu. La virtud que representa es
la Fortuna.
Benzaiten -es la única mujer del Shichi Fukujin- es la diosa
de las artes, el conocimiento, la elocuencia, el aprendizaje, la escritura y en
definitiva de la cultura en general, es también la diosa popular de la belleza.
Su forma habitual es la de una hermosa mujer vestida al estilo de las mujeres
chinas y se encuentra tocando el biwa (instrumento musical parecido a un laúd)
y en otras la flauta. En las historias del antiguo Japón leemos que una madre
que deseaba tener hijas hermosas fue al templo de Benzaiten y se confinó a sí
misma en una sala especial o una cueva, ayunando y orando con todo su
corazón por un período de siete días. La
diosa se le manifiesta en sueños y le concede sus deseos al procrear una hija favorecida en
belleza y sabiduría por sobre las demás. A Benzaiten se la asocia con el agua y es a menudo representada estando de pie o
sentada en un dragón o serpiente de mar y a veces asume la forma de su animal
sagrado. La virtud que representa es la alegría.
Fukurokuju
Fukurokuju es otro de
los integrantes del grupo de los siete dioses de la buena suerte, se lo
representa como un anciano con largos bigotes apoyado en un bastón con una frente muy
amplia, vestido con las ropas de los eruditos chinos de tiempos pasados, es muy
sabio, y suele ir acompañado de una tortuga y un cuervo, una grúa o un ciervo.
Estos animales son de uso frecuente en el arte japonés para simbolizar una
larga vida, es el dios de la riqueza, la felicidad y la longevidad. La virtud que
representa es la longevidad.
Hotei (también conocido como Budai) es el dios de la
felicidad y la abundancia. Él está supuestamente basado en una persona real, un
eremita chino llamado Budaishi. Se le representa como un monje budista con una
cara sonriente y un vientre prominente, que sostiene un saco y un bastón de
madera, por lo general está sentado o durmiendo en su bolsa. La virtud que
representa es la Felicidad.
Jurojin
Jurojin es el dios de la Sabiduría y comúnmente se lo
presenta, como un anciano que llevaba un sombrero con una larga barba blanca, y
sosteniendo un bastón con un pergamino
atado al mismo. A menudo se le confunde con Fukurokuju, ya que ambos se
presentan de una manera muy similar, aunque en Jurojin un ciervo negro siempre
le acompaña como mensajero y como símbolo de longevidad. La virtud que él
representa es la Sabiduría.
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