Marianne es vista en Francia como un símbolo de libertad frente a la opresión, la resistencia o la lucha contra la monarquía. Es un ícono de la democracia. Marianne es la figura alegórica de una mujer que representa a la república francesa y, por tanto, es una personificación nacional. Bajo la apariencia de una mujer blanca, de rasgos europeos, con gorro frigio, Marianne es la plasmación de los valores sobre los que se basa la República: libertad, igualdad y fraternidad.
Símbolo de la Revolución francesa
Las primeras representaciones de Marianne surgieron durante la Revolución francesa, retratándola con vestimenta romana y un gorro pileus o frigio, que se les daba a los esclavos romanos al ser liberados, es decir, era un símbolo de la liberación de la esclavitud. Si bien el origen exacto de Marianne es incierto, se cree que es una adaptación francesa de la diosa romana Libertad, encarnación de la libertad.
Marieanne ante todo es un nombre. Y antes de 1789 era uno de los más usados, particularmente por las mujeres domésticas, lo que lo convirtió en objeto de desprecio para la aristocracia que dejó de dar este nombre a sus hijos lo que paradójicamente lo convirtió en el símbolo de belleza de la época.
Además, fueron los monárquicos los primeros en designar a la República, llamándola a veces Marianne, a veces La Gueuse(1) (mendiga). Este apodo despectivo fue adoptado por los revolucionarios y luego por los republicanos, convirtiéndolo por el contrario en un motivo de orgullo, el de simbolizar al pueblo común, un emblema de su lucha por un nuevo orden social o para simbolizar el cambio de régimen. Marianne también será utilizada para hablar en secreto de la República cuando los regímenes monárquicos o imperiales hagan la guerra a los republicanos.
Un símbolo omnipresente en Francia
Durante la Tercera República, las estatuas y, sobre todo, los bustos de Marianne se multiplicaron, sobre todo en los ayuntamientos. Aparecen varios tipos de representaciones, según el carácter revolucionario o "pacífico" de Marianne: el gorro frigio se considera a veces excesivamente rebelde, siendo sustituido por una diadema o una corona. En la actualidad las estatuas y bustos de Marianne adornan plazas, ayuntamientos y edificios públicos de toda Francia. Su imagen también ha sido utilizada en los sellos y monedas oficiales e incluso en la bandera nacional.
Muchos artistas la han representado en busto, tomando como modelo a su esposa, a una bella desconocida o, por el contrario, a personajes famosos.
La Asociación de alcaldes de Francia elige regularmente a sus modelos, por ejemplo, Brigitte Bardot en 1968, Mireille Mathieu diez años después, Catherine Deneuve, Laetitia Casta o Sophie Marceau. Si bien no tiene siempre los mismos rasgos, el mismo traje, siempre está ahí, imperturbable. Esta presencia constante la convierte en un símbolo tangible de la identidad francesa y de los valores que la definen «Liberté Égalité Fraternité».
Más que una imagen
Marianne representa mucho más que una simple imagen. Es un ícono de la libertad, un recordatorio de la lucha por la igualdad y un símbolo de la unidad nacional. Su presencia inspira a los franceses y les recuerda los principios fundamentales sobre los que se basa su nación.
(1) En el sentido literal, un mendigo (femenino, mendiga) es un hombre muy pobre, reducido a mendigar para su subsistencia. La Gueuse (con mayúscula) es el apodo insultante dado por los monárquicos de la Vendée a la República durante las guerras de la Vendée (1793-1796), expresando así su rechazo a la República y denunciando su dependencia financiera de los impuestos y del trabajo campesino.
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