lunes, 20 de mayo de 2024

Helios el dios sol


escultura dios sol helios


Helios, el dios sol en la mitología griega, es el hijo de los titanes Hiperión y Theia (ambos dioses de la luz), y hermano de los otros dioses Selene (la luna) y Eos (la aurora). Helios personifica el poder del sol, una fuerza vital que da vida. Desde lo alto del cielo, Helios, ve las acciones tanto de los dioses como de los mortales, y castiga a los malhechores con la ceguera. Conocido como "el que todo lo ve", es invocado como testigo y vengador. Uno de los episodios más destacados de su historia es cuando informa a Deméter del secuestro de su hija Perséfone por parte de Hades, un evento crucial en la mitología griega.

La representación de Helios

Helios está representado como una figura imponente que emite una luz y un resplandor deslumbrantes, sus ojos son terribles y ardientes. Durante el día, Helios recorre el cielo sobre cuatro caballos de fuego, y por la noche se inclina hacia el oeste, símbolo de su viaje diario por el cielo. Lleva puesto casco de oro y vive en un magnífico palacio rodeado por las cuatro estaciones, sentado sobre un trono de piedras preciosas. Su conexión con el sol se refleja en símbolos como el orbe dorado con doce rayos, que representan los doce meses del año.

Helio engendró a la oceánida Perseida con el rey de Colquida (actual Georgia) Eetes, la hechicera Circe y Pasífae, la esposa de Minos, así como a la ninfa Clímene, el hijo de Faetón y cuatro hijas, las Heliades. Los descendientes de Helios a menudo se distinguían por su carácter insolente y una inclinación hacia la brujería y los poderes ctónicos.

Helios fue identificado a menudo, especialmente en la mitología helenística-romana, con su padre Hiperión, cuyos hijos fueron llamados hiperionidas; en la antigüedad tardía fue identificado con el Apolo olímpico. En la mitología romana, Helios corresponde al dios Sol, a quien también se identifica con Apolo. 

Símbolos de Helios

Helios a menudo fue representado mediante símbolos del propio sol. Esto es inmortalizado a través de un orbe dorado con 12 rayos de sol irradiando desde su centro (que representan 12 meses en un año). Otros símbolos incluían el ya mencionado carro conducido por cuatro caballos. En este caso, se vería a Helios al mando del carro, usando un casco dorado que representa un sentido de autoridad bastante celestial.

El rostro de Helios también llegó a asociarse con Alejandro Magno cuando conquistó la mitad del mundo. Conocido ampliamente como Alejandro-Helios, el nombre era sinónimo de poder y absolución.


La Historia de Clitia y Helios

La historia de Clitia y Helios es una de las más trágicas y románticas de la mitología griega, llena de amor no correspondido y transformación.

Clitia y su amor por Helios

Clitia era una hermosa ninfa oceánide, hija de Océano y Tetis. Se enamoró perdidamente de Helios, el dios del Sol, cuyo esplendor iluminaba el cielo cada día. Desde la tierra, Clitia lo contemplaba con devoción mientras él surcaba los cielos en su carro dorado.

Sin embargo, Helios no correspondía su amor. En su lugar, se sintió atraído por Leucótoe, una princesa humana de gran belleza. Su pasión por ella fue tan fuerte que abandonó a Clitia sin miramientos. Llenándose de celos y despecho, Clitia decidió vengarse y reveló el romance de Helios y Leucótoe al estricto padre de la joven, el rey Orcamo. Como castigo, Orcamo ordenó que su hija fuera sepultada viva, causando su trágica muerte.

El castigo de Clitia

A pesar de su traición, Clitia esperaba que Helios volviera a amarla, pero él la rechazó aún más, destrozado por la pérdida de Leucótoe. Sumida en la tristeza y el remordimiento, Clitia se dejó consumir por el dolor. Durante nueve días y nueve noches, permaneció sentada sobre la tierra, sin comer ni beber, con los ojos fijos en el cielo, observando el camino que recorría Helios.

Poco a poco, su cuerpo comenzó a cambiar. Su piel se volvió áspera y su cabello se transformó en pétalos dorados. Sus raíces se hundieron en la tierra, y así se convirtió en un girasol (o, según algunas versiones, en un heliotropo), una flor que sigue siempre el movimiento del Sol en el cielo.

Significado del mito

Este relato simboliza el amor no correspondido y el sufrimiento por la obsesión. Clitia, incapaz de superar su pasión por Helios, se convierte en un símbolo eterno del anhelo, siguiendo su luz incluso después de perder su forma humana. Su transformación en girasol refleja la forma en que el amor puede persistir más allá del rechazo y el dolor.

Este mito fue retomado en la literatura renacentista y barroca, usándose como metáfora del amante que persigue incansablemente a su amado, aunque nunca pueda alcanzarlo.


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