El águila a través de la historia y en diferentes civilizaciones, como la griega, la hitita y la romana, ha simbolizado el poder o señorío, la victoria y el orgullo. Los antiguos griegos identificaron al águila con Zeus, los romanos con Júpiter, los germanos con Odín. En Rusia, el águila fue un ave real, la encarnación del dios eslavo Perun. Los gobernantes de todas las edades han querido imaginarse a sí mismos como águilas: depredadoras, formidables, que todo lo ven, volando a una altura inalcanzable. Así se suma al simbolismo propio del águila -el del águila bicéfala- uno de los símbolos de poder más antiguos y comunes. No tiene menos de cinco mil años y aparece simultáneamente con los primeros Estados en la tierra. Este símbolo ha recibido muchas interpretaciones.
